Mala Fe(lación)

Por Luyano Habana

Hoy en un día de cualquiera. Pero no de esos. Iremos a manifestarnos pacíficamente (hasta donde la cordura nos limite) en contra del concierto de dos voceros de las “bondades castrocomunistas”. Y parecería una majadería el estar gritando contra algo o alguien que, legalmente, tiene el derecho de actuar o ser pero, lo que muy pronto olvidan, y principalmente los econorefugiados cubanos, es que también se nos ampara el derecho de réplica, algo tan perseguido en Cuba como si las mil pestes fuera.

Lo de hoy, no es sólo la expresión de asco ante personajes que idolatran lo contrario de lo que se benefician, la consigna comunista con la beautiful life capitalista. Lo de hoy debe ser para la mayoría mucho más. Debe ser la más profunda repulsa a la dictadura que los obligó a emigrar, a separarse de familia y amigos. Debe ser el grito desesperado de los muertos intentando escapar del infierno, de los familiares que aún ni siquiera conocen el paradero de algunos de sus miembros, de los asesinados, torturados, por años encarcelados o los que murieron sin ni siquiera tener el visto bueno para ver a su ser querido antes de fallecer. Debe ser la repulsa ante la burla de los gerifaltes cubanos al gravar excesivamente los viajes y artículos que se pretenden entrar por parte de conciudadanos en el exilio, su discriminación al obligarles a portar un pasaporte lunáticamente costoso (a los que tienen otra ciudadanía) sin que se le asista el derecho que supuestamente ese pasaporte debe acoger al portador. Y lo más lamentable, el tener que pedir permiso a un carbon HP comunista para entrar al país que supuestamente es el tuyo y con ese mismo estercolérico pasaporte!


El intercambio cultural ha sido la excusa perfecta para intentar ganar las calles de Miami, como hace más de 50 años se apoderaron de las de Cuba. No hay que estar ciegos para ver que el exilio está carcomido por una gangrena que debe cortarse de raíz, o la metástasis nos convertirá en un pueblo más a expensas de las tribunas habaneras. Es hora de que el cubano del exilio, en las libertades que tiene, exija sus derechos y no siga mendigando, medrando y hasta apoyando los crímenes, gestos, propaganda y expresiones castrofascistas bajo el supuesto del cansancio, vida nueva o el no me importa. Quien en libertad viva y sirve para pavimentar el camino a los que otrora los arrastraba y en terror sumía, a los que ensalzan y adulan el látigo que les azotaba, a los que canturrean serviles cual meretrices sin cama, merece como castigo que se le repita su historia hasta el fin de sus dias.

Es hora de hacer saber que no queremos a esos Mala Fe, Agente de Zona, Desemen Malo y demás comunolíricos. Extenso es USA, el mundo mucho más. Y para aquellos catetos que se creen immune a lo que llaman “histeria” y piden la calma y respeto al derecho de esa gentuza a cantar (y que nadie pone en duda, pero que estamos en contra!), deber es de recordar que, a esos a quienes tanto se defiende, en iguales condiciones pero en país diferente, Cuba, no dudarían en delatarte, servir como testigo en un juicio en tu contra e, incluso, apoyar una injusta condena a muerte.

Por todo esto, en justa compensación a las palabras y hechos de estos activistas culturosos, puedo y quiero caer en la tentación de cagarme en sus putas madres y en la calavera de todos sus muertos. Dixi.

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