Tragedia y comedia

Enlutada primero y ahora enlodada, nuestra fecha magna seguirá siendo recordada como aquella en la que el pueblo cubano se lanzó, sin ayuda de nadie, a la búsqueda de la libertad
Waldo Acebo Meireles, Miami Cuba Encuentro

La conocida frase, “La historia se repite, primero como tragedia y luego como comedia”, se cumple a cabalidad cuando hace 19 años el psicópata mayor ordenó el derribo de las inermes avionetas de Hermanos al Rescate en aguas internacionales por dos aviones cazas armados de cohetes aire a aire, y esos pilotos festejaron la estulticia con gritos de alegría por tan fácil “triunfo”.
El objetivo de forzar la mano del presidente Bill Clinton a firmar la Ley Helms-Burton fue alcanzado a cabalidad, recrudeciendo y enconando el diferendo cubanoamericano y llenando de luto al exilio, un objetivo que estaba intrínsecamente ligado a la necesidad del desgobierno cubano de tener un enemigo amenazante a 90 millas de sus costas y un una coartada para la imposible sostenibilidad del régimen sostenible.

Ahora, a 120 años del inicio de nuestra tercera gesta independentista, pensada, impulsada y organizada por José Martí, apoyado por la inmigración cubana en Estados Unidos, en particular en los dineros extraídos de los escuálidos salarios de los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso, es ahora que en franca comedia se condecora a los criminales convictos por espionaje y en particular al que debió pudrirse en la cárcel por su participación en el derribo de las avionetas.
No es casual que el psicópata menor escogiese esta fecha para su burda comedia. Su objetivo, el de por una parte abofetear al sector del exilio cubano opuesto al reinicio de las relaciones entre los gobiernos de Cuba y EEUU, y por la otra el dejarle saber a este último que ellos son los “guapos del barrio”, los duros, los inconmovibles en su ideas e irresponsable acciones.
El máximo criminal, engordado y propietario de espermatozoides viajeros a cuenta de los contribuyentes norteamericanos, en su discurso de aceptación de las medallas incluye una frase clave: “…identificar y enfrentar los nuevos retos y nuevos peligros que se avecinan”. Es una advertencia al pueblo cubano, que festejó el pretendido acercamiento y el cese de la beligerancia, olvídense de eso que la discordia es infinita e insuperable.
Y a los que desde aquí aspiran al acercamiento les avisa que ni con Coca-Cola e Internet, turismo y ni tan siquiera el levantamiento del embargo se va a suavizar el atrincheramiento de los vetustos y obsoletos mayorales del pueblo cubano.
Enlutada primero, y ahora enlodada, nuestra fecha magna seguirá siendo recordada como aquella en la que, el pueblo cubano se lanzó sin ayuda de nadie, a la búsqueda de la libertad, el cese de la opresión colonial, la creación de un luminoso futuro y la afirmación de su independencia.

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