Leo hoy en Diario de Cuba un Artículo de Carlos Alberto Montaner: Obama vs. Maduro: historia secreta de un conflicto inevitable, el cual pondré después de un recordatorio a él, y a todo cubano que lo pase por alto, ustedes saben: la memoria corta.
Quien no sepa lo que es la Cuba Comunista de los Castro por ejemplo, y no vivió ciertos pasajes que dejó fuera el analista CAM, pensará que el artículo es una joya, en cambio, yo no.
Carlos Alberto sabe, porque es un hombre muy culto, y estudios políticos sobre todo no le faltan, que esa táctica usada por Obama de declarar a VENEZUELA como una amenaza a Estados Unidos, es la copia al carbón de lo que comenzó en la Isla desde el fatídico 1959. Para empezar, el peligro más grande son los castros, quienes han acabado con toda Centro América, y en Venezuela Maduro es el títere de los psicópatas de la Perla del caribe, osea, lo primero que debió hacer Obama era sancionar a los Castro, y después comenzar a barrer con toda la América letrina. En Cuba Castro se agarró de esas mismas tácticas para meter sus cochinos discursos de que el pueblo cubano tenía que unirse, hacer fila porque los "Yankis" nos iban a invadir, y así los tuvieron en el un, dos. tres, cuatro, comiendo mierda y rompiendo zapatos medio siglo, los americanos jamas pensaron en tal cosa. Sin contar que, en cada cuadra metieron aquellas famosas practicas de "Tropas Territoriales", en donde le daban a la gente una escopetica de palo y los ponían como imbeciles a practicar para la guerra por todo el barrio, dejando la tiras de pellejo en la arrastradera por cuanto tierrero, hueco, matorral, lo que fuera que encontraran.
Es por eso que, leo todo lo que veo, y, entre más sabiondos los articulistas, más asunto les pongo. A la larga, siembre el mensaje contiene la verdad oculta, nuca expuesta en palabras sencillas y de facil entendimiento a los pueblos, como debe ser.
Y para ya cerrar, sin darle tanta vuelta a está sopa podrida, si las tropas cubanas, las venezolanas, las rusas y las de casa de la puñeta ven llegar par de aviones americanos nada más, la cagadera es violenta. No tienen que tirar ni un misil, porque los cogen a todos sentados en una taza, debajo de una mata, donde sea, soltándola a chorros de agua, ni siquiera mierda.
Maura Barrabí
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Obama vs. Maduro: historia secreta de un conflicto inevitable./CARLOS ALBERTO MONTANER
Barack Obama dijo que el régimen de Venezuela era un peligro para la seguridad norteamericana. ¿Por qué? Violaba los derechos humanos de la oposición democrática. En consecuencia, decretó algunas sanciones contra militares y funcionarios chavistas.
Extraño movimiento. Lo ha hecho pocas semanas después de haber iniciado la cancelación de las sanciones a la dictadura cubana, que desde hace más de medio siglo maltrata a los disidentes con la misma o mayor saña de lo que lo hace el Gobierno de Nicolás Maduro con su magullada oposición.
Existe, además, una cuestión de filiación. Cuba es la madre del cordero. Venezuela se comporta de esa manera porque los asesores cubanos que mandan en el país así lo aconsejan. Esa es el expertise que Cuba le vende a Venezuela: inteligencia, control social y gobernabilidad de mano dura. Son los grandes constructores de jaulas del planeta. Aprendieron la técnica de los soviéticos y los han superado.
Naturalmente, Fidel y Raúl Castro salieron de inmediato en la apasionada defensa del chavismo. Con el pan no se juega. Los Castro saben perfectamente que más valen los 13.000 millones anuales de dólares en subsidios, ayudas y negocios que les proporciona su gran colonia política, que los nuevos arrumacos y promesas de Estados Unidos.
La nota oficial cubana establecía que "Venezuela no estaba sola". Dentro de los códigos testiculares cubanos eso quiere decir que, si se trata de combatir, allí estarán los soldados de la madre patria cubana.
Por supuesto, son vicios del lenguaje. Gestos para la galería. Los Castro saben que no hay el menor interés por parte de Estados Unidos en recurrir a la violencia para liquidar al chavismo. Nadie va a invadir a Venezuela.
Lo que suele ignorarse es por qué Obama ha dado este paso contradictorio que solo sirve para construirle un pretexto nacionalista a Maduro, aumentar la represión y despertar el avispero latinoamericano.
Esto hay que explicarlo.
Venezuela sí es un riesgo para la seguridad de Estados Unidos, pero no por la violación de los derechos humanos de los demócratas —esa fue la coartada—, sino por tres actividades que aparecen codificadas en la definición doctrinaria que señala dónde comienza o se intensifica el peligro para la sociedad norteamericana.
Quien quiera conocer la visión que prevalece en Washington en este terreno debe asomarse al libro Reconceptualizing security in the Americas in the 21th Century, y leer, en especial, el capítulo "Venezuela: Trends in Organized Crime" escrito por el analista Joseph M. Humire.
El chavismo ha cruzado las tres rayas rojas.
En primer lugar, la complicidad venezolana con los terroristas islamistas de Irán. El hombre de los ayatolás de Teherán es el gobernador del estado de Aragua, Tareck El Aissami, de origen árabe, exministro del Interior. Ha utilizado sus cargos para crear en la región una red de terroristas del Medio Oriente alimentada con el narcotráfico. En Irán sueñan con que será presidente de Venezuela.
El otro límite violado por el chavismo es, precisamente, el narcotráfico. Hay generales venezolanos metidos hasta las cejas en ese turbio negocio. De las 700 toneladas de cocaína que anualmente se producen en el planeta, 300 pasan por Venezuela rumbo a Europa, vía África, o rumbo a EEUU vía Centroamérica. Diosdado Cabello, el presidente del Parlamento, ha sido acusado de ser el jefe del Cartel de los Soles.
Y el tercero es el inmenso lavado de dinero mal habido. PDVSA es el sitio en el que se suelen hacer la mayor parte de las transacciones torcidas, incluidas las emisiones de bonos. Más que una empresa, es la cueva de Ali Babá, pero con muchos más de 40 ladrones. Esa plata sirve para corromper políticos, comprar influencias y pagar sus servicios a los delincuentes.
La Casa Blanca sabe todo esto al dedillo. Se lo han dicho sus diplomáticos, los servicios de inteligencia y los desertores. A Walid Makled García, un capo venezolano del narcotráfico del tamaño de Pablo Escobar, antes de que sus captores colombianos lo deportaran a Venezuela, lo interrogaron profusamente los agentes de la DEA.
"El Turco" —así le llaman— cantó La Traviata. Lo dijo todo. Y luego parece que el último recién llegado, Leamsy Salazar, mano derecha de Diosdado Cabello y de Hugo Chávez, recientemente asilado en territorio norteamericano, lo corroboró y aportó nuevos datos. Ya no se podía seguir diciendo que "Venezuela no era un peligro, sino una molestia".
Venezuela, realmente, es un riesgo para la seguridad de EEUU y del hemisferio. El error de Obama ha sido no encarar de frente a su enemigo, y llamarle pan al pan y vino al vino, sino elegir una denuncia oblicua y formularla mal para que ni siquiera se entienda. Quería quedar bien con todos y ha conseguido exactamente lo opuesto. Una pena.
Quien no sepa lo que es la Cuba Comunista de los Castro por ejemplo, y no vivió ciertos pasajes que dejó fuera el analista CAM, pensará que el artículo es una joya, en cambio, yo no.
Carlos Alberto sabe, porque es un hombre muy culto, y estudios políticos sobre todo no le faltan, que esa táctica usada por Obama de declarar a VENEZUELA como una amenaza a Estados Unidos, es la copia al carbón de lo que comenzó en la Isla desde el fatídico 1959. Para empezar, el peligro más grande son los castros, quienes han acabado con toda Centro América, y en Venezuela Maduro es el títere de los psicópatas de la Perla del caribe, osea, lo primero que debió hacer Obama era sancionar a los Castro, y después comenzar a barrer con toda la América letrina. En Cuba Castro se agarró de esas mismas tácticas para meter sus cochinos discursos de que el pueblo cubano tenía que unirse, hacer fila porque los "Yankis" nos iban a invadir, y así los tuvieron en el un, dos. tres, cuatro, comiendo mierda y rompiendo zapatos medio siglo, los americanos jamas pensaron en tal cosa. Sin contar que, en cada cuadra metieron aquellas famosas practicas de "Tropas Territoriales", en donde le daban a la gente una escopetica de palo y los ponían como imbeciles a practicar para la guerra por todo el barrio, dejando la tiras de pellejo en la arrastradera por cuanto tierrero, hueco, matorral, lo que fuera que encontraran.
Es por eso que, leo todo lo que veo, y, entre más sabiondos los articulistas, más asunto les pongo. A la larga, siembre el mensaje contiene la verdad oculta, nuca expuesta en palabras sencillas y de facil entendimiento a los pueblos, como debe ser.
Y para ya cerrar, sin darle tanta vuelta a está sopa podrida, si las tropas cubanas, las venezolanas, las rusas y las de casa de la puñeta ven llegar par de aviones americanos nada más, la cagadera es violenta. No tienen que tirar ni un misil, porque los cogen a todos sentados en una taza, debajo de una mata, donde sea, soltándola a chorros de agua, ni siquiera mierda.
Maura Barrabí
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Obama vs. Maduro: historia secreta de un conflicto inevitable./CARLOS ALBERTO MONTANER
Barack Obama dijo que el régimen de Venezuela era un peligro para la seguridad norteamericana. ¿Por qué? Violaba los derechos humanos de la oposición democrática. En consecuencia, decretó algunas sanciones contra militares y funcionarios chavistas.
Extraño movimiento. Lo ha hecho pocas semanas después de haber iniciado la cancelación de las sanciones a la dictadura cubana, que desde hace más de medio siglo maltrata a los disidentes con la misma o mayor saña de lo que lo hace el Gobierno de Nicolás Maduro con su magullada oposición.
Existe, además, una cuestión de filiación. Cuba es la madre del cordero. Venezuela se comporta de esa manera porque los asesores cubanos que mandan en el país así lo aconsejan. Esa es el expertise que Cuba le vende a Venezuela: inteligencia, control social y gobernabilidad de mano dura. Son los grandes constructores de jaulas del planeta. Aprendieron la técnica de los soviéticos y los han superado.
Naturalmente, Fidel y Raúl Castro salieron de inmediato en la apasionada defensa del chavismo. Con el pan no se juega. Los Castro saben perfectamente que más valen los 13.000 millones anuales de dólares en subsidios, ayudas y negocios que les proporciona su gran colonia política, que los nuevos arrumacos y promesas de Estados Unidos.
La nota oficial cubana establecía que "Venezuela no estaba sola". Dentro de los códigos testiculares cubanos eso quiere decir que, si se trata de combatir, allí estarán los soldados de la madre patria cubana.
Por supuesto, son vicios del lenguaje. Gestos para la galería. Los Castro saben que no hay el menor interés por parte de Estados Unidos en recurrir a la violencia para liquidar al chavismo. Nadie va a invadir a Venezuela.
Lo que suele ignorarse es por qué Obama ha dado este paso contradictorio que solo sirve para construirle un pretexto nacionalista a Maduro, aumentar la represión y despertar el avispero latinoamericano.
Esto hay que explicarlo.
Venezuela sí es un riesgo para la seguridad de Estados Unidos, pero no por la violación de los derechos humanos de los demócratas —esa fue la coartada—, sino por tres actividades que aparecen codificadas en la definición doctrinaria que señala dónde comienza o se intensifica el peligro para la sociedad norteamericana.
Quien quiera conocer la visión que prevalece en Washington en este terreno debe asomarse al libro Reconceptualizing security in the Americas in the 21th Century, y leer, en especial, el capítulo "Venezuela: Trends in Organized Crime" escrito por el analista Joseph M. Humire.
El chavismo ha cruzado las tres rayas rojas.
En primer lugar, la complicidad venezolana con los terroristas islamistas de Irán. El hombre de los ayatolás de Teherán es el gobernador del estado de Aragua, Tareck El Aissami, de origen árabe, exministro del Interior. Ha utilizado sus cargos para crear en la región una red de terroristas del Medio Oriente alimentada con el narcotráfico. En Irán sueñan con que será presidente de Venezuela.
El otro límite violado por el chavismo es, precisamente, el narcotráfico. Hay generales venezolanos metidos hasta las cejas en ese turbio negocio. De las 700 toneladas de cocaína que anualmente se producen en el planeta, 300 pasan por Venezuela rumbo a Europa, vía África, o rumbo a EEUU vía Centroamérica. Diosdado Cabello, el presidente del Parlamento, ha sido acusado de ser el jefe del Cartel de los Soles.
Y el tercero es el inmenso lavado de dinero mal habido. PDVSA es el sitio en el que se suelen hacer la mayor parte de las transacciones torcidas, incluidas las emisiones de bonos. Más que una empresa, es la cueva de Ali Babá, pero con muchos más de 40 ladrones. Esa plata sirve para corromper políticos, comprar influencias y pagar sus servicios a los delincuentes.
La Casa Blanca sabe todo esto al dedillo. Se lo han dicho sus diplomáticos, los servicios de inteligencia y los desertores. A Walid Makled García, un capo venezolano del narcotráfico del tamaño de Pablo Escobar, antes de que sus captores colombianos lo deportaran a Venezuela, lo interrogaron profusamente los agentes de la DEA.
"El Turco" —así le llaman— cantó La Traviata. Lo dijo todo. Y luego parece que el último recién llegado, Leamsy Salazar, mano derecha de Diosdado Cabello y de Hugo Chávez, recientemente asilado en territorio norteamericano, lo corroboró y aportó nuevos datos. Ya no se podía seguir diciendo que "Venezuela no era un peligro, sino una molestia".
Venezuela, realmente, es un riesgo para la seguridad de EEUU y del hemisferio. El error de Obama ha sido no encarar de frente a su enemigo, y llamarle pan al pan y vino al vino, sino elegir una denuncia oblicua y formularla mal para que ni siquiera se entienda. Quería quedar bien con todos y ha conseguido exactamente lo opuesto. Una pena.
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