El momento perfecto de la oposición


Ojala sea así, ojala, no lo veo venir tan facil, pero, respeto la opinion de los demás. Maura Barrabí
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El año que viene Cuba será libre porque este año la oposición logró su más resonante victoria: la muerte del dictador-tirano, que no sobrevino por complicación en la vejez. Fue consecuencia directa de la conjunción opositora/Cuba Encuentro
Arnaldo M. Fernández, Broward | 19/12/2016 10:56 am


No le vamos a dar un ápice de tregua a la dictadura,
es el momento perfecto para derrocarlos
y lograr la libertad del pueblo cubano
Dr. Oscar Elías Bi(s)cet, 2 de diciembre de 2016
En política, advirtió Martí, lo único verdadero es lo que no se ve. Ese pueblo cubano que apareció en los aparatosos despliegues para rendir tributo al dictador-tirano muerto es el mismo pueblo que vota de manera abrumadora por el Gobierno en caseta cerrada, pero en otra más cerrada todavía —la mente y el corazón— vota en contra del régimen, aunque no se vea.
El año que viene Cuba será libre porque este año la oposición logró su más resonante victoria: la muerte del dictador-tirano, que no sobrevino por complicación en la vejez. Fue consecuencia directa de la conjunción opositora perfecta del martes 11 de octubre.
Ese día, el evento Todos por una Cuba Libre en Miami conmovió los cimientos del régimen, porque Orlando Gutiérrez, líder del Directorio Democrático Cubano, anunció que tenía proyectos con Antonio Rodiles, líder de la campaña Todos Marchamos. Ese mismo día, Guillermo Fariñas conmovió al Parlamento Europeo con sus argumentos en contra de que la Unión Europea abandonara la Posición Común. Y ese mismo día, Antúnez conmovió a la Junta Patriótica en Miami al declarar “tajantemente que apoyaba a Trump por su abierto respaldo al pueblo cubano”.
Dos semanas después, Trump pasó por la sede de la Brigada de Asalto 2506 y echó con el rayo a Castro. A partir de este momento, la suerte del dictador-tirano quedó echada. Tras cruzar el Atlántico, Fariñas se sumó a la ola “trumpista” con patriótica intervención en la sede de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA). Rodiles y otras figuras del pujante Foro por los Derechos y las Libertades manifestaron también, en electrizante video, su optimismo con el presidente americano electo. Ese optimismo está hoy mucho más fundado que ayer desde la promesa del presidente demócrata Kennedy de plantar la bandera de la brigada en La Habana hasta la promesa del presidente republicano Bushito de tumbar a Castro con la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre.
La conjunción opositora entró en sintonía astrológica con la victoria de Trump frente a la candidata del castrismo, Hillary Clinton, para consumar la perfección con el accidente vascular que puso fin a la maltrecha vida del dictador-tirano. Así como su muerte distó mucho de ser casual y concitó la satisfacción del deber cumplido tanto en el exilio como en la oposición, con y sin pachanga, respectivamente, tampoco fue causalidad que el armón funerario se rompiera en un tramo del Oriente cubano, donde la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) impone su anticastrismo resuelto. La rotura trajo su causa de la “justicia poética”, tal y como salió en el Jeral hispano de Miami, que antes había santiguado como “golpe de Estado poético” aquel ademán de performance de Tania Bruguera en la Plaza de la Revolución durante la transición de 2014 a 2015. Y es que, como también advirtió Martí, la poesía “es más necesaria a los pueblos que la industria”.
Cuba en la encrucijada
No obstante, la industria no deja de ser necesaria y por eso la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC) dio ya sus primeros premios del concurso “Ideas para Cuba”, que invocó “el derecho de los cubanos a no tener que abandonar la Isla y poder prosperar en ella”. Este concurso se montó por profesionales de la diáspora cubana, esto es: por gente que prefirió ejercer el derecho de los cubanos a abandonar la Isla, tras reconocer que no podían prosperar en ella, en vez de romperse el coco allí.
Las ideas premiadas son promisorias y sobre todo muy originales. La mejor estriba en fortalecer las estructuras legales que potencian el derecho a la propiedad, así como privatizar empresas estatales para hacer más transparente el funcionamiento de los servicios públicos; otra nunca escuchada propone la inversión en la Isla de cubanos residentes fuera y otra más, levantar el bloqueo del Estado al pueblo cubano: abolir el monopolio comercial, facilitar máquinas herramientas y crear bancos cooperativos para microcréditos. De este modo, la FDHC ha logrado encauzar sus fondos hacia la re-creación desde el exilio de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), en estricta correspondencia con el enfrentamiento a las violaciones de derechos humanos en Cuba que, por cierto, como casi nadie sabe cuáles son, exigen su exposición analítica por las voces del anticastrismo más consecuente.
En movimiento de pinzas, Rodiles alzó su voz en el panel montado por la Fundación Heritage para discutir “cómo el presidente Trump puede apoyar la libertad en la Isla". Sobre la base histórica de las contribuciones decisivas de las administraciones americanas, de Eisenhower pa´lante, a la solución del problema cubano, Rodiles dejó claro que la Casa Blanca trumpista tiene que meter sus narices en la transición a la democracia en Cuba para que “se haga de una manera pacífica”. De lo contrario, “la situación se tornará violenta”.
Así, este actor político supera a Fidel Castro, quien siempre urdió mentiras con malas intenciones. Rodiles urde las suyas con las mejores intenciones del mundo. Tampoco se puede pasar por alto su éxito junto a Berta Soler y Ángel Moya, al poner a marchar domingo tras domingo a la misma gente y ganarse así la mente y el corazón del pueblo cubano en ambos lados del Estrecho de la Florida.
Sin embargo, el momento perfecto de la oposición al morir el dictador-tirano se coronó por ese gran artista conocido como El Sexto, quien prodigó de madrugada, en la esquina habanera de L y 23, calificativos de “yegua [y] asesina” a Fidel Castro, amén de llamar a los cubanos adentro a salir “a la calle a ganarse su libertad” y a los cubanos en Miami a “que se me tiren en los barcos”.
Atemorizada por estas arengas de personalidad tan influyente como El Sexto, Premio Havel a la disidencia creativa, la policía procedió a arrestarlo a trompones y fabricó el delito de que había ensuciado con grafiti la pared de un edificio público. Por suerte los policías cubiches no disponen aún de tecnologías para matar grafiteros, tal como sucedió hacia agosto de 2013 en Miami Beach con Israel “Reefa” Hernández, al recibir una descarga de taser en medio de la persecución policial tras haber plasmado la primera letra de su nombre artístico en la pared de un McDonalds abandonado.
Coda
Y así tenemos que, con entera sensatez, los líderes viajeros de la oposición cubiche —teniendo ya a su favor al pueblo adentro— se esfuerzan afuera en poner a su favor también al “gabinete de guerra” de Trump, con Secretario de Estado pro-ruso, para enfilarlo contra Cuba a la vez que contra ISIS y contra China. Como Trump acaba de soltar en Orlando, Florida, que “estará con los cubanos en su larga lucha por la libertad”, esta se tornaría más larga todavía si Trump reasume la línea dura de embargo, corneta china y comparsitas, sin ningún resultado en más de medio siglo, a no ser que su gabinete se preocupe más con las estadísticas de Elizardo Sánchez, que arrojarán más de diez mil detenciones en Cuba por motivos políticos al cierre de este año, que con la cifra once veces más baja que dio ya el Washington Post al cierre del año fiscal en Estados Unidos: 776 personas muertas por la policía. El año pasado fueron apenas 991, entre ellas 93 desarmadas.

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